Durante milenios, los nómadas del desierto han oído voces y sonidos misteriosos provocados, a su decir, por fantasmas y demonios. Marco Polo creía que a veces los espíritus malignos «llenaban el aire con sones de instrumentos musicales de todo tipo, redobles de tambor y chasquidos de espadas».
«Los sonidos de la arena»
No sé si en mitad de la nada, cuando las fuerzas flaqueen y sienta que mis pies se hunden al parar un segundo y respirar, oiré el sonido de nómadas que dejaron su esencia en esas dunas, de mujeres que tiñeron su piel para soportar el calor y aniperdidos entre granos de arena.
No sé si en la playa mientras observo una costa de esqueletos que se abre ante mí conseguiré tiritar al pensar en cuantos barcos naufragaron en aquella zona y ballenas varadas y si sentiré el motivo del porqué algunos marineros la llamaban “las puertas del infierno”.
No sé si en la sábana mientras al atardecer corro rodeadas de animales salvajes sentiré miedo o gritaré de euforia al pensar que estoy en un sueño hecho realidad.
Pensamientos, sentimientos, emociones…Todo esto pasó por mi cabeza cuando mi socio Álvaro Cuadrado me puso frente al ordenador para que pudiera sentir una parte de todo lo que vamos a vivir juntos en Namibia, con el Teaser que ha realizado, lleno de fuerza y grandeza.
Nuestro desafío correr 1000 kilómetros en 20 días, nuestro objetivo desafiar a lo imposible y demostrar que toda persona puede lograr lo que sueña despiert@ con la grabación de un documental que recogerá cada grano de arena pisada , imágenes que nos harán saborear el sabor amargo del cansancio de días y días y mostrará una mirada que cambia con el pasar de los atardeceres.
Cuando las personas luchamos con nuestras fuerzas por tocar el cielo y al final lo conseguimos todo pasa muy rápido,al terminar sientes que duró poco, incluso el vacío se adueña de ti y el miedo a olvidar lo vivido se apodera en muchos momentos. Miras atrás y en esa inmensidad donde la belleza del paisaje se entremezclan con el dolor de tu cuerpo y las lágrimas que no podrías decir su motivo, sientes que cada paso que diste valió la pena.
Nuestro documental será el reflejo de días soleados, nublados y de lluvia, de un canto a la esperanza, de una mujer que con las manos vacías tal y como nació se enfrentará al Namib dejándose la piel en cada etapa y bendiciendo al tierra con una gran sonrisa. Pero nada sería posible sin «los ojos del viajero» es decir, mi Álvaro cómo me gusta decir. Lleva en su cuerpo heridas hechas en batallas siempre ganadas porque es valiente y da un paso hacia delante, ha cruzado continentes y en cada lugar visitado encontró paraísos cercanos. A veces cuando nos miramos en silencio soñamos con este desafío y estoy segura que los dos, lo vivimos diferente pero nos une lo mismo «la pasión por vivir».
Hace más de un año que nos conocemos y él dibujó para mí el sueño al que ahora nos enfrentamos ambos. Yo seré las piernas, él será el aliento, yo seré el desierto y él será agua pero ambos cruzaremos cada meta con una sonrisa por bandera y sentiremos que la niebla avanza cada día.
Frente al atardecer, con los elefantes en la lejanía y una taza de café compartida en un jarrillo ya quemado, no hablaremos y sólo oiremos las voces del desierto.