“Cuando emprendes pareces un loco pero si persistes te conviertes en un líder”
Queríamos transmitir un mensaje de una forma diferente, queríamos romper una lanza en pro de valientes, de los que confían en sus sueños, en sus ideas, y luchan por ellas, trabajan, arriesgas, fracasan, se levantan y siguen luchando.
Nos mirarán raros, sentiremos la desconfianza en los demás pero entonces la perseverancia junto a la pasión, demostrará que todo es posible y mucho te seguirán, tuvimos la suerte de tener con nosotros a una marca Ono alineada con estos valores.
Reunimos a un grupo de soñadores, para que nos ayudaran a desarrollar un flashmob dentro de una conferencia para empresarios. Decidieron ser partícipes y ayudar a cambiar la visión de muchos. No somos conscientes de cómo nuestros actos y palabras pueden tocar a otras personas y hacerlos reflexionar. Olvidamos que soñábamos de pequeños y abandonamos lo que nos hace felices, olvidamos que fracasar no es decir la respuesta equivocada sino dejar de intentar alcanzar nuestros proyectos. Olvidamos que la primera locura es la que no se hace.
De la mano de mi socio en “La Princesa del Desierto” Álvaro Cuadrado, se inició las conferencias, con historias reales de su vida, con momentos que nos hicieron emocionarnos, reflexionar sobre los valores y sentir que llenamos nuestra vida de palabras pero no de hechos. Entonces alguien pronunció la frase mágica: Yo quiero bailar y sucedió, algo inesperado:
Demostramos que “Cuando emprendes pareces un loco pero si persistes te conviertes en un líder”. No se trataba de un flashmob para bailar sino para despertar a todos del largo letargo.
Luego llegó mi turno, aterrizar todas aquellas emociones con una conferencia donde narraba en primera persona el sueño de mi vida, y lo hacía en mi tierra, delante de mi gente, presentaba “La Princesa del Desierto” como un proyecto que aunque imposible para muchos, yo lo ya lo estaba haciendo, quería servir de inspiración desde la máxima humildad, para que todos vieran como una niña rubia de La Rinconada podría dar la vuelta al mundo corriendo, si yo lo hacía, todos podrían. Increíble sentir las miradas cálidas y algunas lágrimas de personas que comprendieron que el mayor desafío era luchar por uno mismo