» En sus ojos encontré un mundo donde perderme de sueños e ilusiones rotas, una sonrisa que inundaba cada poro de mi piel y una dulzura que rozaba el dolor. Sólo quise abrazarla y acunarla en mis brazos, susurrarle que podría alcanzar más allá de su horizonte. Me coloqué la visera, me alejé del poblado de chabolas y continué corriendo. Podrías ser tú, es lo único que retumbaba en mi cabeza».
Existen tantas niñas pérdidas donde se refugian entre muñecas de trapos rotos, otras en sus silencios y se olvidan de que son niñas porque la vida las golpeó tan fuerte que se hicieron mujeres aun teniendo colgado de su babi el chupe. En cambios otras tuvimos suerte de nacer en un rincón del mundo diferente pero todas tenemos en común lo mismo, son mujeres luchando en un mundo de hombres.
A veces miro a mi pequeña Martina, con esa fuerza innata que le nace, defendiendo aquello que cree con solo 3 años y acaricio su carita para recordarme que correr por la mujer es la carrera de ultrafondo más bonita y sincera que me ha pasado en la vida.
Hace días me preguntó una niña de 9 años en un colegio mientras les hablaba del sacrificio, del amor por uno mismo , cual era la carrera más dura que había hecho en tu vida. La respuesta era fácil: «cada día cariño sino pregúntale a tu mamá». Se quedó pensando, bajó la mirada y asintió. Tras las actividades con toda la clase se me abrazó a la cintura y no me hizo falta hablar más, supe que su madre era una gran ultrafondista por que cada mañana sabía que recorrería 1000kms para sacarla hacia delante.
Ha sido el Día Internacional de las Niñas, que bonita es esa palabra, niña, si va acompañada, de risas y felicidad, si le quitamos las lágrimas que derraman miles de ellas cuando son violadas o mutiladas genitalmente, golpeadas o vendidas a hombres sin piedad. Qué bella si la respetamos, dejándola crecer libremente y a desarrollarse como persona sin miedos. Apostemos por una educación en valores para que la sociedad se vuelva justa y comprometida con el mundo que nos espera. Quitemos ciertas frases de su infancia y enseñémosle a sentir la palabra empatía por los demás, solo así entenderán que ser feliz es un derecho que tenemos todos y todas.
Creo en el cambio y en que algún día, ser niña no sea tener cadenas físicas y mentales sino saltar sobre charcos, ir al cole, jugar como los demás, no ser esclava, ni madre con 12 años, aspirar a las mismas oportunidades, decidir por iniciativa propia.. mientras seguiré junto a mi socio Álvaro Cuadrado reivindicando la figura de la mujer sin perder la fuerza y la esperanza.