Carta a mi yo de hace 20 años

Celebrando mi 32 cumpleaños en mi tierra y con mis mejores amigos, el reencuentro con mi pasado es inevitable, me asaltan recuerdos y la necesidad como adulto de mantener una conversación con aquel niño que dejó las islas hace casi 20 años:

Cada día es el primer día del resto de tu vida, no pierdas el tiempo, desarrolla tus talentos, en los que te diviertes, sin pensar en el futuro. Sé la mejor versión de ti mismo, el mejor en lo que más te gusta sin compararte con nadie, buscando la excelencia en cada paso. Encuentra un código ético que te haga sentir orgulloso y respétalo, sin valores no iras a ningún lado.

Que nadie frene tus pasiones, habrá quienes no creerán en ti, o te digan que es imposible lo que sueñas, transforma sus palabras en combustible para desafiar a los lestrigones. Si en algún momento te asaltan miedos o dudas es normal, honestamente, lo que haremos será «imposible», combátelos con actitud, será nuestra mayor fortaleza y lo que marque la diferencia.

Disfruta del camino, lee y escribe, pero primero lee, observa y aprende, siempre has de vivir como una aprendiz, la humildad deberá ser una constante. Cometerás muchos errores y fracasos, aprende de cada uno de ellos, serán tu mayor maestro. Comparte lo que sabes, sé generoso en todas las facetas de tu vida. Haz cosas diferentes y mucho de todo, viaja mucho, enamórate mucho, trabaja mucho, ríe mucho y también llora mucho, tras el sufrimiento encontrarás la recompensa, porque lo que quieres conseguir no es fácil y te costará, pero hará que merezca la pena.

No finjas ni imites, sé auténtico, valiente y recto, no cultives tu ego y si amistades, serán la familia que tu elijas. No acumules ni títulos, ni dinero, ni cosas, invierte en experiencias vitales, que tu única meta sea ser feliz y hacer feliz a los demás. Cuando cumplas tus sueños llegarán otros mayores, no tengas miedo, habrás forjado el carácter necesario para seguir desafiando a lo imposible. Tranquilo, lo hemos conseguido, serás de mayor lo que quisiste ser de niño y nunca dejaremos de jugar a mejorar el mundo.

ÁLVARO CUADRADO, CEO & CO-FOUNDER LA PRINCESA DEL DESIERTO

CARTA A MIGUEL DE LA QUADRA – SALCEDO POR UN RUTERO. MUERE EL ÚLTIMO HOMBRE

Perdí el miedo morir viviendo intensamente, sabía que era posible porque una vez conocí a un HOMBRE.

Había un tiempo donde HOMBRE o MUJER no era una cuestión de género, sino de actitud. Donde convertirse en un HOMBRE no tenía nada ver con la edad, ni con poder votar, conducir o beber; era una cuestión de responsabilidad, valores y fortalezas. No todo el mundo llegaba a aquel estado y, por desgracia, con el tiempo aquellos a los que se podría llamar HOMBRE o MUJER en mayúsculas, se hacían mayores y desaparecían sin remplazo. Ya no hay HOMBRES como los de antes, estaban en vías de extinción y tú, MIGUEL, eras el último.

Te escribo esta carta emocionado porque pierdo al último HOMBRE en el que inspirarme, al que emular, al que seguir. Soy de la última generación que sentía admiración por ti, antes de que te sustituyera Justin Bieber o Johnny Depp. Cuando soñábamos con vivir aventuras en lugar de entrar en Gran Hermano, pedíamos a los Reyes Magos libros de Julio Verne en lugar de videoconsolas, o sabíamos que en esta vida todo lo que merece la pena cuesta conseguirlo. A tu lado he pasado hambre, frío, cansancio, enfermedades, he estado de barro hasta las cejas y mojado durante días, y lo hacía con un sonrisa escuchando tus historias y consejos:

“El verdadero destino de un viaje, es el rastro que deja en ti”

Contigo viví más en 45 días que con nadie sobre la faz de La Tierra durante años. Tenía 15 años cuando crucé por primera vez el Océano Atlántico hasta llegar a Quito; alcancé mitad del mundo de tu mano en la región de Otavalo; ascendí al volcán Cotopaxi entre llamas y alpacas; me adentré en el Amazonas en las selvas del Podocarpus durante días; recorrí ciudades como Piura, Cajarmaca o Chiclayo siguiendo los pasos de Francisco Pizarro y descubriendo las maravillas precolombinas hasta alcanzar, en las costas de Salango, a las ballenas yubartas saltar sobre las aguas del Pacífico, y descubrir buceando en un barco de pesca el Spondylus Princeps, el oro rojo de los Incas.

GRACIAS, porque después de aquello, nunca dejé de viajar. He dado varias vueltas al mundo, más de 60 países en los 5 continentes, y tengo claro que todo comenzó contigo y con la aventura que marcó mi vida. Sin ti en mi memoria, seguramente nunca hubiera desafiado a los imposibles con La Princesa del Desierto y decenas de proyectos que, llenos de ti he liderado durante años. Gracias por palabras que llevo tatuadas en el alma:

«El miedo nunca me paralizó, me podía más la ilusión por romper fronteras y llegar a donde nadie había llegado antes»

Hoy lloran tu muerte muchos ruteros que se quedan huérfanos con tu marcha. Esta carta, en parte va para ellos, que desde el principio se convirtieron en mi familia y con los que viví hace un año, el honor de ser el maestro de ceremonias del Homenaje por los 30 años de Ruta Quetzal, y mirándote a los ojos, te dije:

“Un día no estarás entre nosotros, pero descuida que nosotros somos tu legado”

Hoy es ese día, y hoy me siento más orgulloso que nunca de haber seguido tus pasos, ojalá sea digno de tan larga estela de aventuras y pasiones. Allí donde esté, contaré cómo conocí al ÚLIMO HOMBRE.

 

ÁLVARO CUADRADO JIMÉNEZ RUTA QUETZAL 2001, PERÚ Y ECUADOR

CERTIFICACIÓN DE LOS 1.000 KMS (GARMIN)

Completamos los 1000 kilómetros en 20 días

tal y como nos habíamos propuesto, hubo días de doble etapa, de más distancia e incluso una etapa más corta por una sobrecarga fuerte que tuve, pero nada impidió terminar este desafío

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Cuando te enfrentas a un reto de este tipo tienes que tener claro que para muchos es una locura impensable, otros que soñarán por estar en ese desierto pero también que asaltarán las dudas sobre si es cierto que se pueden hacer 1000kilómetros en ese tiempo. Certificar el desafío para nosotros era una obsesión, no queríamos que nadie dudara del reto. Por eso buscamos un certificador independiente en España y encontramos a Carlos García organizador de carreras extremas como 4Desert y Certificador Oficial de Garmin, nos daba las garantías profesionalidad y rigor que se merecía el reto y por ello nos pusimos en contacto con él para que pudiera certificar y validar el desafío. Llevaba conectado a mi durante todo el recorrido recogiendo datos un reloj Garmin Fenix 2.

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A nuestro regreso a España le pasamos todos los tracks del recorrido realizado, perfiles de elevación, distancias, velocidades…  resolvimos todas sus preguntas y unos días después tras analizar todos los datos mostrados nos certificó oficialmente bajo su firma el reto, 1000 kilómetros en 20 días en Namibia. 

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